¿Por qué es urgente atender la salud mental del magisterio?
La violencia, la presión emocional y el desgaste mental han dejado de ser excepciones para convertirse en una constante en las escuelas de Michoacán. Docentes amenazados, directores agredidos y personal administrativo intimidado son solo la punta del iceberg de un fenómeno que se agrava por la inseguridad, el rezago social y la precariedad institucional. En muchas zonas rurales y urbanas marginadas, los maestros no solo enseñan: también contienen, resisten y cuidan, a menudo sin apoyo ni protección.
A esta violencia visible se suma otra, más silenciosa pero igual de devastadora: el deterioro de la salud mental. Años de presión burocrática, sobrecarga laboral, falta de infraestructura y estrés permanente han generado ansiedad, depresión y burnout entre el personal educativo. Según la iniciativa, este fenómeno no puede seguir siendo invisible ni tratarse como un tema secundario.
