La madrugada del 15 de septiembre de 2025 quedará inscrita en la historia de Michoacán como el día en que la justicia dejó de ser un privilegio de cúpulas y se convirtió en un derecho ejercido por la ciudadanía. Con la toma de protesta de magistradas, magistrados, juezas y jueces electos por voto popular, el estado sella un proceso de transformación profunda en su sistema judicial, alineado con la llamada “Cuarta Transformación” y con el mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
La diputada Fabiola Alanís, presidenta de la Junta de Coordinación Política en el Congreso del Estado, subrayó que este acto no es un mero trámite protocolario, sino la culminación de una deuda histórica con las y los michoacanos. “Por primera vez, quienes imparten justicia en Michoacán no fueron designados en oscuros escritorios, sino elegidos en las urnas. La justicia, ahora, emana directamente del pueblo”, afirmó con contundencia.
¿Qué cambia con la democratización del Poder Judicial en Michoacán?
La reforma judicial en Michoacán rompe con una tradición de opacidad y centralismo. A partir de ahora, los cargos más altos del Poder Judicial —magistrados, juezas y jueces— serán ocupados por personas evaluadas y elegidas mediante un proceso transparente, con participación ciudadana y bajo estrictos criterios de mérito y capacidad. Este modelo, pionero en el país, busca garantizar que la justicia sea accesible para todos, sin distinción de condición económica, género u origen cultural.
Principales cambios:
- Elección popular: Magistradas, magistrados, juezas y jueces son electos por la ciudadanía, no por grupos de poder.
- Transparencia y rendición de cuentas: Los procesos de selección y evaluación son públicos.
