Desde la tribuna del Congreso de Michoacán, la diputada Sandra Garibay alzó la voz para exigir justicia y atención urgente a la crisis que enfrentan los citricultores y jornaleros de Apatzingán, quienes han sido ignorados durante años y hoy padecen una profunda crisis económica y de seguridad. La legisladora destacó que la reciente protesta, en la que productores arrojaron más de dos toneladas de limón a la carretera, es un claro mensaje de hartazgo ante los bajos precios y los riesgos que enfrentan diariamente en sus labores.
Garibay, originaria de Apatzingán, enfatizó que no representa intereses personales ni partidistas, sino la voz de un pueblo digno y trabajador que clama por apoyo. Reprochó el abandono gubernamental y urgió al Congreso estatal a actuar con responsabilidad y sensibilidad para fortalecer la seguridad y reactivar la producción agrícola en la región. Además, pidió que la próxima Sesión Solemne en Apatzingán refleje el sentir real de las familias afectadas, y no sea un acto vacío de contenido social.
La crisis del sector citrícola en Apatzingán se agrava por el precio injusto que reciben los productores: el kilo de limón se paga entre 4 y 5 pesos, muy por debajo de los 10 pesos que cuesta producirlo, incluyendo corte, manejo y traslado. Esta situación ha llevado a la suspensión de actividades y a protestas masivas que buscan visibilizar la difícil realidad del campo michoacano.
Entre las demandas principales de los citricultores destacan:
- Creación de una banca de desarrollo agrícola con facilidades de crédito y tasas preferenciales.
- Concesiones de agua para garantizar la producción.
- Protección de la cadena productiva y precios justos.
- Mayor seguridad para evitar extorsiones y violencia en la región.
El Gobierno de Michoacán ha asumido la coordinación del Tianguis Limonero.
